miércoles, 28 de septiembre de 2016

Contribuciones de la Gestalt a la Terapia Infantil



La Terapia Gestalt, fue desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial por Fritz Perls y su esposa Laura Perls, consideró que la raíz de los trastornos psicológicos podía estar en la incapacidad de las personas de integrar exitosa y acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable. Perls era psicoanalista, pero ciertas discrepancias con los métodos y teorías freudianos lo llevaron a crear su propia línea terapéutica. Las fuentes de su método pueden encontrarse en Karen Horney y Wilhelm Reich, el existencialismo (Martin Buber & Paul Tillich) y la fenomenología (Edmund Hüsserl), de donde tomó las ideas de libertad y responsabilidad, la de la inmediatez de la experiencia y la del papel del individuo en la búsqueda del significado de su vida. Aplicó los principios de la psicología gestáltica al postular que las personas emocionalmente saludables organizan su campo de experiencia en necesidades bien definidas que les sirven de referencia a la hora de organizar su conducta. Las personalidades neuróticas interfieren con la conformación de la gestalt apropiada y no llegan a adecuarla con sus necesidades. Fritz tuvo una experiencia de kibutz en Israel que lo llevó a renovarse a sí mismo y así llegó a California, donde creó la escuela y el estilo actual de la Terapia Gestalt que pretende resolver los conflictos y ambigüedades que provienen de la dificultad para integrar las configuraciones de la personalidad.

Perls, consideró que la raíz de los trastornos psicológicos podía estar en la incapacidad de las personas de integrar exitosa y acertadamente las partes de su personalidad en un todo saludable. Esta terapia se basa en experiencias vivenciales, que ayudan a la persona a reconocer sus emociones, a través de la percepción ingenua y la experiencia inmediata. El papel de la terapia es que la persona haga conscientes las sensaciones significativas que experimenta, tanto hacia sí mismo, como hacia su entorno, de modo que pueda responder plena y razonablemente a cualquier situación. La clave es enfocarse en el aquí y ahora, no en las experiencias del pasado, y una vez situados en éste se pueden enfrentar conflictos pasados o asuntos inconclusos llamadas gestaltes inconclusas hasta lograr cerrar ciclos. La mejor manera en que funciona esta terapia es cuando se realiza en grupo.
Las bases de la Gestalt son el aquí y ahora, lo obvio y la toma de consciencia (darse cuenta) de lo que la persona hace realmente en sus vidas, cómo lo hace, qué es lo que efectivamente quiere en realidad y cómo puede conseguirlo. Al igual que en otras terapias humanistas, como la propuesta por Rogers, la Terapia Gestalt es un enfoque holístico de la experiencia humana, asume la tendencia innata a la salud, la integridad y la plena realización de las potencialidades latentes, promueve la propia responsabilidad de los procesos en curso y la consciencia sobre las propias necesidades y su satisfacción.

En torno a la enseñanza de la psicoterapia infantil a través de la Gestalt, cabe aclarar primeramente que el enfoque, desde sus inicios históricos en el trabajo de Fritz Perls y sus primeros seguidores, no marca intervenciones específicas para la aplicación de este estilo terapéutico con esta población. Es la aportación de terapeutas ya formados en la psicoterapia Gestalt, aplicada y aprendida generalmente con adultos, quienes inquietos por trabajar con niños y adolescentes, inician un trabajo directo aplicando los fundamentos de esta teoría. Una pionera en esta tarea es Violet Oklander, quien en su formación gestáltica completó tres años de entrenamiento en el Instituto de Terapia Gestáltica de los Ángeles y que ha sido miembro oficial del mismo Instituto desde 1973. Gran parte del trabajo de Oaklander se desarrolla en el entrenamiento de profesionales, y de acuerdo a la presentación de la autora en su bibliografía, se ha dedicado a impartir numerosos seminarios, talleres y cursos para diversas instituciones de Estados Unidos, Canadá, Europa, Israel y Australia. Ha sido autora de una serie de cintas de audio y de video que se relacionan con el trabajo psicoterapéutico con niños y del libro Ventanas a nuestros niños publicado en 1992. Como principal exponente e iniciadora del tratamiento infantil utilizando el modelo Gestalt, Oaklander retomó los supuestos de dicha teoría y desarrolló un modelo de terapia dirigido al desarrollo saludable del niño, al funcionamiento armónico de sus sentidos, cuerpo, emociones e inteligencia. Para esta autora, el niño tiene que aprender a utilizar todos sus sentidos, primero para sobrevivir y después para aprender acerca de su mundo. El niño sano ejercita su cuerpo y sentidos para utilizarlos con habilidad; aprende a expresar sus sentimientos con congruencia, desarrolla su intelecto rápidamente y descubre el lenguaje como un medio para expresar sus sentimientos, necesidades, pensamientos e ideas. Desde esta perspectiva, la salud se logra a través del desarrollo holístico constante y armónico de los sentidos, cuerpo, emociones e intelecto. Así el niño confía en él y en su fuerza interior que lo lleva a la autorrealización y a adquirir un sentido de ser en el mundo (Oaklander, 1992).

En este modelo, el juego y/o los juguetes son los medios que le abrirán al terapeuta las puertas y ventanas de la vida interior del niño. Esto quiere decir, que le proporciona esos materiales en forma de técnicas para que éste pueda expresar sus sentimientos, sea capaz de sacar lo que tiene en su interior y, de este modo, con ayuda del terapeuta podrá trabajar con ese material que estaba guardado. En este modelo no es necesario que el niño verbalice sus descubrimientos y percepciones sobre el qué y el cómo de sus comportamientos. En el caso de niños pequeños, a veces sólo basta sacar a la luz las conductas o sentimientos bloqueados que han detenido su proceso de crecimiento emocional.

La Terapia Gestáltica enfoca su atención hacia el qué y el cómo más que al por qué. Oaklander (1992) cree que a partir de experiencias adecuadas, el organismo puede tener una vida y un crecimiento más sanos. La labor del terapeuta consiste en ayudar al niño a darse cuenta de lo que está haciendo y qué realmente le causa insatisfacción, de tal manera, que se promueva en él la elección del cambio (Chávez, citado en Hernández, 2008). El trabajo con el niño puede o no ser directivo, todo depende de lo que se necesite trabajar para el beneficio del menor.
Es así que dentro de este enfoque terapéutico cada terapeuta cuenta con su propio estilo de trabajo, donde se combinan aptitud, conocimiento, y experiencia (Hernández, 2008). Oaklander, ha trabajado este modelo desde hace 32 años y ha generado un proceso terapéutico que corresponde a la teoría y práctica de la Gestalt. Este proceso consta de los siguientes componentes:
• Desarrollo de la relación
• Evaluación y establecimiento del contacto
• Fortalecimiento del sentido del sí mismo y de la estabilidad del niño
• Incitación de la expresión emocional
• Ayudar al niño a fomentar el sí mismo
• Concentrarse en el proceso del niño
• Finalización de la terapia


Texto tomado de: Esquivel, F. (2010) "Psicoterapia infantil con juego. Casos clínicos". México, Manual Moderno.

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